Las notas del Organillo se escuchan alegres en el centro de la capital de Yucatán, nuestra Mérida Blanca, que llama la atención de quienes caminan por sus calles recibiendo con gran entusiasmo el sonido que emite este instrumento musical tocado por el Organillero.
Don Víctor Maya, procedente de la Ciudad de México, visita la ciudad Blanca de vez en cuando difundiendo esta tradición familiar que ha pasado por muchas generaciones. Señala que durante el año viaja a distintas partes de la República Mexicana de acuerdo a lo que recaude en cada viaje.
Según registros históricos, señalan que en 1884 llegaron a México los primeros organillos por medio de la empresa Wagner y Levien. “Estos aparatos fueron construidos en Berlín y todavía existen algunos que recorren las calles de la capital del país”.
El especialista en culturas populares, expone que fueron los empresarios circos y ferias quienes compraron los primeros organillos en México y después se expandieron por las calles de la llamada “Ciudad de Los Palacios” en pleno Porfiriato, oficio y tradición que aún sobrevive.
El organillero es el ejecutante o manejador del organillo, instrumento reproductor de melodías, las cuales son grabadas en cintas o cilindros de papel o metal por medio de perforaciones, difundido inicialmente por el norte de Europa es actualmente un componente nostálgico de la cultura y sociedad del siglo XXI.